noviembre 23, 2004

Barbaridades

Las siguientes barbaridades las encontré en un artículo publicado por Pedro Brull, el fallecido y excelente creador del filósofo Mumón. En él citaba un libro de José Castro Roig llamado "Diccionario de burradas".

  • Me molestan las "almorroides" y no puedo sentarme.
  • Como la tenía inflamada, me "extrayeron la pendis".
  • "Perdona las disculpas".
  • Me hicieron una "extradición" de sangre.
  • Yo soy muy "obsoleta" y no entiendo de esas cosas.
  • El niño se fija mucho y "pone mucho caso omiso" en todo lo que dices.
  • Es un tipo grande y torpe, un "mamostrenco".
  • El vuelo fue horrible, hubo muchas "protuberancias aerias".
  • Estuvo "rebanándose" los sesos hasta que encontró la solución.
  • Este automóvil ya tiene faros "alucinógenos".
  • Yo también estoy curada de "espasmos".
  • Tiene un dolor en el "pirineo".
  • No tengas pena, cuéntame tus "coitos".
  • No es para "rascarse" las vestiduras.
  • Es como una voz de "otra tumba".
  • Lo detuvieron por "anarcotraficante".
  • Dejé las ventanas "herméticamente abiertas".
  • "No lo sé, ni falta que me importa".
  • He perdido la "loción" del tiempo.
  • Lo pescaron "en la fragrante" violación.
  • Tengo instalada una antena "paralógica".
  • Este reloj es de acero "inexorable".
  • Comimos "píparamente", como en las bodas de "Canadá".
  • El paludismo lo transmite el mosquito "Mefistófeles".
  • Es un tipo "subnormálido".
  • Habla varios idiomas, es "troglodita".
  • Detesto las películas "por lo gráficas".
  • La píldora es un método "anticorrosivo".
  • Aquello era el "non palustra".
  • En la televisión siempre cantan haciendo "play boy".
  • Señores, esto es "el adebacle".
  • Me gustaría tener el árbol "ginecológico" de mi familia.
  • Le pusieron la vacuna para el "tuétano".
  • Este alcalde no tiene "indio sin gracia".
  • Yo soy "esterosexual".
  • Los locutores, mientras narramos, hacemos la "fotosíntesis" de la jugada.
  • Tengo casete y "compardín".
  • Son "termofloritos": mitad macho y mitad hembra.
  • "La presunta víctima presentaba tres puñaladas en la espalda".
  • En el atraco, los ladrones "recaudaron" diez millones de pesos.
  • Es todo un "lechado" de virtudes.
  • Mi mujer tuvo un embarazo "utópico".
  • Él se agarra a un clavo "hirviendo".
  • "Hay una especie de creencias orales que es difícil mantener por escrito".
  • "Me duele cuando mi marido me administra el sacramento del matrimonio".
  • Antes de morir de mala manera, prefiero que me "autenasien".
  • A mí no me gustan los elevadores porque me dan "gastrofobia".

Las siguientes las he ido recolectando por acá y por allá:

  • ¡"A trabajar", que es gerundio!
  • De verdad: ¡te juro que es "verífico"!
  • No deberías dejar que tu hija se rasque el "cubis" en público.
  • En sus quince años se vistió como reina: con corona, capa y "fénetro" en mano.
  • Me hiciste mal, y "aún sin embargo" te sigo queriendo.
  • Doctor, vengo a que me opere esta horrible "verduga" que me salió en un brazo.
  • El médico le prohibió "la azúcar" porque tiene "diabetis meliflua".
  • Deberían meterlo a la cárcel por "inflingir" la ley.
  • "Cotizémonos de a como puédamos" (de una película).
  • Quien tenga puercos que los amarre, y el que no que no (sólo aparente barbaridad).
  • En el desfile: ¿viste todos esos "continentes"?
  • Tengo que ir a sacar la credencial "de lector" para poder votar.
  • "Peleas en la coliseo": Frase usada para querer decirque ya se tiene crecidito el bello "público".

Agradezco a la Sing por su valiosa colaboración con tres burradas o barbaridades "veríficas".

noviembre 21, 2004

Compulsiones

Me gusta detenerme a platicar, de noche y acerca de la noche.
Cuando todo el silencio se rompe sólo por el paso de un auto, por el ruido del camión que limpia la calle, por el maullido de algún gato que va de caza y responde de vez en cuando al reclamo de los hijos.
De noche realizo mis encuentros. Estando tan lejos los horarios no me permiten otra cosa que mantenerme despierto mientras otros apenas están a mitad de su día.
Este espacio, fuera de casi toda distracción, es el que ocupa mi imaginación. Libre de todas las ataduras convencionales pertenecientes al día, me doy tiempo para proteger a quien tiene miedo de que llegue la hora de dormir, para cantar alguna vieja canción y compartirla con quien suele escucharme, para recordar un poema o, abriendo a la suerte algún libro, descubrir uno nuevo (los libros de poemas pueden tener esa ventaja: ser siempre nuevos porque pueeen no leerse de corrido, sino abrirse donde la suerte nos indique y basta).
Hace algunos días la Sing, antigua compañera de desvelos bulímicos y ahora pequeña pero siempre importante razón de algunos desvelos, me sugirió abrir este espacio.
Dediqué parte de una noche a seleccionar algún color y a aprender algunas cosas al respecto. Esta es la segunda noche que me detengo a calcular cuántas noches más me quedan, para intentar definir qué hacer con ellas, para escribir alguna cosa que alguien lea y, quizá, comprenda y comparta porque ha vivido al revés en el tiempo como yo.
Para el resto de mí mismo, mis amigos y mis familiares, el sol puede estar presente; aquí ya es otra cosa.
Las que son y no son mías ya duermen. Quizá en sueños maldicen tanto ruido de teclas algo frenéticas, o quizá el sonido las acompaña como fondo mientras hacen lo que desean en sueños.
Hoy, sólo deseaba terminar de anochecer.
Desordenada y compulsivamente.

noviembre 20, 2004

Traducción

¿Cuántos libros no hemos leído?

En ocasión del Salón del Libro de Turín se condujo una investigación con varios intelectuales para saber cuáles libros no habían leído jamás. Como era de preverse las respuestas fueron variadas, pero todos los interrogados parecen haber respondido sin falsas vergüenzas. Así, descubrimos que algunos no han leído a Proust, otros a Aristóteles, otros más a Hugo y Tolstoi, o a Virginia Woolf, incluyendo un ilustre biblista que jamás ha leído por entero, de inicio al fin, la "Summa Theologica" de Santo Tomás -lo que es más que natural, porque obras del género las lee puntillosamente de la primera a la última página sólo quien hace la edición crítica. Algunos no se lamentan por no haber leído a Joyce, otros ostentan no haber leído jamás la Biblia, sin darse cuenta que estas lagunas no los distinguen sino que los masifican. Giorgio Bocca ha enfatizado el haber abandonado después de pocas páginas sea mi última novela que el "Don Quijote", y desbordo en gratitud por este inmerecido parentezco. Por otra parte al leer demasiado, como Don Quijote, el cerebro se hace agua.
Esta investigación ha sido, según yo, de gran interés para los lectores comunes. De hecho, ellos (si son lectores y no analfabetos funcionales) viven siempre con la angustia por no haber leído algo que según la voz popular es esencial haber leído; y descubrir que tantos nombres ilustres confiesan carencias abisales no podía menos que confortarlos.
Sin embargo me queda una sospecha, y un temor. Que los lectores comunes atribuyan estas declaraciones al snobismo (pensando que de hecho los interrogados hayan leído a escondidas aquello que hacen finta de no haber leído). Si fuese así los lectores comunes no sólo no habrían superado su complejo de inferioridad, sino que lo habrían acrecentado, porque se descubrirían excluidos del número de aquellos elegidos que pueden decir sin vergüenza no haber leído jamás a D'Annunzio, sin ser por ello considerados como trogloditas.
Y bien, quisiera confortar a los lectores comunes probando cómo es verdad que todos esos entrevistados no han leído de verdad aquellos libros (y muchos más aún), agregando que si yo hubiera tenido que responder a esa pregunta me hubiera dejado pasmado a mí mismo haciendo un elenco de las obras inmortales con las cuales no he tenido comercio de sentidos amorosos.
Tomen aquello que permanece como el más rico repertorio de obras literarias, el "Dizionario Bompiani delle Opere", desatendiendo los volúmenes dedicados a Autores y a Personajes. En la edición actualmente en comercio las Obras ocupan 5,450 páginas. Calculando a ojo que haya una media de tres obras por página, tenemos 16,356 obras. ¿Representan todos los libros jamás escritos? Para nada. Basta de hecho hojear un catálogo de libros antiguos (o los tarjeteros de una gran biblioteca) para verse arrollado por títulos de todo género y sobre las más variadas materias que el Diccionario Bompiani no registra, de otro modo sería no de cinco mil sino de cincuenta mil páginas. Un repertorio del género registra las obras que constituyen el Canon, aquellas que la cultura recuerda y considera fundamentales para el hombre de buena cultura. Las otras permanecen (merecida o inmerecidamente) reserva de caza para estudiosos especializados, eruditos, bibliófilos.
¿Cuánto tiempo se necesita para leer un libro? Hablando siempre desde el punto de vista del lector común, que dedica a la lectura sólo algunas horas del día, me atrevería a decir que para una obra de medio volúmen al menos cuatro días. Es verdad que para leer a Proust o a Santo Tomás se necesitan meses, pero hay obras maestras que se leen en un día. Atengámonos entonces a esa media de cuatro días. Ahora bien, cuatro días para cada una de las obras registradas por el Diccionario Bompiani darían como resultado 65,400 días: dividan entre 365 y obtendrán casi 180 años. El razonamiento no tiene fallas. Nadie puede haber leído o leer todas las obras que cuentan.
Y es inútil decir que, debiendo escoger, al menos Cervantes era necesario leerlo. ¿Y por qué? ¿Y si para un lector hubieran sido más importantes y urgentes "Las mil y una noches" (todas) o el "Kalevala"? Además no se considera que, para los lectores de mayor temple, cuando se ama una obra se la relee muchas veces a través del tiempo, y aquellos que hayan releído cuatro veces a Proust han sustraído una infinidad de horas a la lectura de otros libros, probablemente menos esenciales para ellos.
Entonces se tranquilicen los lectores. Se puede ser culto ya sea habiendo leído diez libros que diez veces el mismo libro. Deberían preocuparse sólo aquellos que a los libros no los leen jamás. Pero justo por esta razón ellos son los únicos que no tendrán jamás preocupaciones de este género.


Umberto Eco,
de "La Bustina di Minerva"
Traducción: Fernando Acevedo

Canción: Cuando duermes

Cuando duermes,
poco tiempo después de la espuma,
junto a mi corazón, abrazada,
ausente como el sonido
de nuestras mudas palabras,
es el tuyo tal vez
o es el mío
este claro latido que me habla,
cuando duermes.

Cuando duermes,
lejos ya del ingrávido origen,
con mi brazo cosido a tu espalda,
no tengo por qué mirarte,
los ojos no me hacen falta;
tú me ves con tu vientre cumplido,
yo te veo a través de esta calma,
cuando duermes.

Cuando duermes
no es tu cuerpo desnudo el que estrecho
ni el calor del reposo que manas.
Sujeto los horizontes
del sueño que te traspasa
y agarrado a ese sueño sumiso
me despierto y no hay nadie en mi cama,
cuando duermes.

Letra, música y voz: Luis Eduardo Aute.

Cada mes

Cada mes tirar

piedras al estanque

Nunca llegan

las olas a la orilla

Felices se detienen

a observar en ellas

la danza de la luna

prefieren ser espejo

de la noche

a traerme de vuelta

la sonrisa

Cada mes esperando

una respuesta

veo la espalda

a las palabras

Cada mes